Consecuencias: Consideraciones para aplicarlas en mis hijas e hijos
Aplicando consecuencias y no castigos
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Para empezar, vamos a definir… ¿Qué son las consecuencias?
Las consecuencias no son iguales a los castigos. Las consecuencias lógicas necesitan la intervención de un adulto responsable y tienen relación con lo sucedido. Por ejemplo, imaginemos que tu hijo de 08 años dejó un desorden y las mesas pintadas al realizar la tarea, entonces la consecuencia de ello sería ordenar y limpiar la mesa. Por el contrario, los castigos son como imponer una pena que normalmente genera vergüenza y miedo. A pesar de que funcionen en el momento, estos no generan aprendizaje a largo plazo, más bien generan miedo y que en otras ocasiones cubran lo sucedido o mientan sobre ello.
Para aplicar las consecuencias de manera adecuada, te dejamos las 4 R's que son consideraciones sencillas que puedes utilizar:
- Relación: La consecuencia tiene que estar relacionada con la conducta (siguiendo el mismo ejemplo, si tu hijo pintó la mesa, no tendría relación que lo prives de su snack).
- Respeto: Al aplicarla no debes involucrar culpa, vergüenza o dolor.
- Racionalidad: La consecuencia debe ser justa y con un límite de tiempo que no sea exagerado.
- Revelación anticipada: Tu hijo o hija debe saber qué va a suceder si elige hacer determinada conducta.
Procura ser consistente y congruente con las consecuencias que otorgas, para que tus hijos e hijas sepan lo que va a suceder.
¿Por qué optar por consecuencias en lugar de castigos?
Cuando aplicas consecuencias en lugar de castigos, les enseñas a diferenciar lo correcto de lo incorrecto y a hacerse responsables por su propia conducta. Por el contrario, cuando castigas, tus hijas e hijos van a seguir las normas por temor, pero no interiorizan realmente por qué.